«Estáis dispuestos a movilizaros por todas partes en busca de ayuda y remedios para vuestros malestares interiores, y sin embargo nunca habéis recurrido a la luz, esta luz que impregna todo el universo y en la que estamos sumergidos ¿por qué?… Cuando os sintáis cansados, desanimados, decepcionados, pensad en buscar ayuda cerca de la luz, concentraros en ella e imaginad que la hacéis circular en vosotros. No sólo purificará vuestro organismo psíquico, sino también, hasta cierto punto, vuestro organismo físico: y os sentiréis calmados, regenerados, capaces de reemprender vuestras actividades, porque ella os habrá dado el placer de las cosas.

Uno de los métodos más eficaces para recibir esta luz, es dar gracias al Señor y bendecir su Nombre. Varias veces al día, haced una pausa y repetid: «Gracias, gracias Señor, gracias por la vida, gracias por la luz. Que tu Nombre sea bendecido por la eternidad.» «

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Paraje en la subida a la Charca de las Ranas desde el Mirador de Robledos, Rascafría, Madrid, 12 noviembre 2020, cortesía de Francisco Limonche