«La vida cotidiana, es cierto, no cesa de presentaros a cada uno de vosotros ocasiones de inquietud, de tristeza, de desánimo. Pero hay que reaccionar. En lugar de permanecer sin hacer nada, salvo para atiborrarse de medicamentos e importunar a los demás con vuestras quejas olvidando que deben afrontar las mismas dificultades que vosotros, esforzaros en trabajar con el pensamiento y la imaginación. Representaos rodeados de luz, imaginad que enviáis vuestro amor al mundo entero, que superáis todos los obstáculos. Poco a poco, las imágenes que formaréis así se volverán vivas, actuarán sobre vuestra conciencia, os transformarán y, al mismo tiempo, atraerán del universo los elementos apropiados para introducirlos en vosotros.

Al principio, los efectos de este ejercicio no se notarán demasiado y a menudo deberéis volverlos a repetir. Pero un día, el resultado llegará definitivamente, y no podréis dudar de él: sentiréis por encima de vosotros una entidad viva que os protege, os instruye, os purifica, os ilumina y que, en las situaciones difíciles, os aporta el sostén que necesitáis.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen:  entre Azinhaga y Golegá, Camino de Santiago portugués, 26 octubre 2016