“Aunque todos los humanos posean una estructura idéntica, todos son diferentes en su sensibilidad, su comprensión, sus necesidades, sus aspiraciones, y por lo tanto no pueden tener la misma percepción de las cosas. Entonces, cuando discuten pretendiendo cada uno tener la razón, ello no conduce a nada. Diréis: «¿Pero entonces, no existe la verdad?» Sí. Cuanto más se eleva el hombre interiormente, más se libera de sus intereses personales, egoístas, más se purifica, más deja que penetre en él la luz divina y se acerca más a la verdad. Pero es imposible decir si un día conoceremos la verdad como principio absoluto. Lo único que podemos decir con certeza, es que si nos esforzamos en rechazar las capas opacas que se han formado alrededor de nuestros pensamientos y de nuestros sentimientos oscuros y mal dominados, nos acercaremos cada vez un poco más a la verdad.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Camino de Santiago portugués, entre Caldas de Rei y Padrón, 26 junio 2018