«No será el placer el que os de la felicidad, sino el trabajo. Si, ¿acaso esto os sorprende? Ello prueba que todavía no habéis comprendido lo que es el verdadero trabajo, si no sabríais que es ahí donde encontraréis la felicidad. No se trata de que os privéis del placer, sino simplemente de que no lo pongáis en primer lugar como objetivo de la existencia, porque os debilita, os empobrece: todo lo que vivís como emociones, como sensaciones, quema poco a poco vuestras reservas.

En lugar de considerar el placer como objetivo de la existencia, hay que decirse: “Ah, debo hacer de mi vida algo con sentido, útil, grande”, y así reemplazar el placer por el trabajo. Reemplazar el placer por el trabajo es reemplazar una actividad ordinaria, egoísta, por una actividad más noble, más generosa, que dilata nuestra consciencia y desencadena en nosotros nuevas posibilidades.»

Omraam Mikhäel Aïvanhov (1900-86), “Pensamientos cotidianos”, Editorial Prosveta. Imagen: Camino Primitivo, entre Campiello y Pola de Lena, 24 septiembre 2020 (cortesía de Carmen Pilar G. Moreno)