«El mundo entero cantaba… las estrellas, las plantas, las piedras, los árboles, todo cantaba con una armonía tan grandiosa, tan sublime, que mi ser se dilataba hasta el punto de que tuve miedo de morir… Os deseo a todos oír, aunque sólo sea durante unos segundos, lo mismo que yo oí, a fin de tener una medida, una idea de lo que es la verdadera música.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), p.99 de  “La vida de un maestro de Occidente”, de Louise-Marie Frenette, Edición española de Editorial Nous. Imagen: Via de Piamont, entre Oloron St. Marie y Arudy, Valle de Haute Bearn (Francia), 8 de octubre de 2019 (cortesía de Fuego Camina Conmigo)