«Pensar es, en primer lugar, ser capaz de liberarse de las preocupaciones cotidianas para concentrarse de forma desinteresada en un tema de naturaleza filosófica, espiritual. Pensar debe servirnos para progresar en la vía de la comprensión del ser humano, del universo, de Dios mismo. Y esta comprensión no se obtiene mediante el trabajo intelectual, la observación del mundo material, la lectura, las discusiones. Es en el silencio de la meditación que el saber inmemorial, enterrado en lo más profundo de nosotros mismos, llega, poco a poco, a nuestra consciencia, y únicamente este trabajo puede ser llamado con propiedad «pensar».»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Camino de Madrid a la salida de Segovia, 29 agosto 2021