«Perseguid incesantemente el trabajo espiritual que habéis emprendido, y dejad que ese trabajo os recomiende ante los demás. No os impongáis a ellos; es vuestro trabajo el que debe hablar, no vosotros. No hay que ocultar las aspiraciones a una nueva vida hecha de belleza, de luz, de superación de uno mismo, pero tampoco hace falta exhibirlas. Puesto que trabajáis sobre vosotros mismos, puesto que habéis llamado al espíritu para que modele y esculpa vuestro ser interior, dejadle expresarse a través de las facciones de vuestro rostro, de vuestra actitud, de vuestros gestos.
Permaneced simples y naturales, no busquéis atraer la atención por modos artificiales. Puesto que seguís una enseñanza espiritual, comprended que vuestras cualidades de sabiduría, de pureza, de nobleza, se manifestarán a través de vuestra expresión, de vuestra actitud, sin que tengáis necesidad de adoptar poses y aires inspirados. Incluso sin saberlo, es vuestro trabajo interior quien dará testimonio de vosotros.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Camino Primitivo, entre Berducedo y Grandas de Salime (Asturias), 27 septiembre de 2019 (cortesía de Erika Lauda)