«El velo de Isis que menciona la tradición representa los misterios de la naturaleza viva que sólo el Iniciado puede penetrar. Y como forma parte de la naturaleza, el ser humano, a su vez, está envuelto por un velo; por esto encuentra tan difícil conocerse y conocer a los demás. El verdadero conocimiento exige que logre elevarse hasta las regiones sublimes del espíritu. Cuando deje de verse y ver a los demás a través del cristal deformante de sus cuerpos opacos, podrá por fin saber lo que él es en las regiones sublimes.
Hundido bajo capas de materia, habita un espíritu, una chispa, un ser indescriptible, omnisciente y todopoderoso. Y aquél que con la ascesis, la oración y la renuncia es capaz de obedecer a las exigencias del espíritu, ve a Isis aparecer ante él despojada de sus velos.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Via de Piamont, entre Oloron St. Marie y Arudy, Valle de Haute Bearn (Francia), 8 de octubre de 2019 (cortesía de Fuego Camina Conmigo)