«Podemos aceptar una prueba, podemos comprenderla, pero al mismo tiempo experimentar amargura, tristeza, pesar: ¡pensamos que hubiera sido mucho mejor no haber tenido que pasarla! En este sentido, se puede decir que la prueba no ha terminado todavía.

¿Cuándo se puede decir que una prueba ha terminado? Cuando somos capaces de alegrarnos de ella. Es posible que aparentemente no sólo no nos haya aportado nada, que nos haya hecho perder muchas cosas, e incluso a seres queridos… Sin embargo, después de esta prueba sentimos que nuestra luz, nuestro amor, nuestra fuerza han aumentado y la paz y la alegría nos invaden. Sólo en este momento podemos decir que nuestra prueba ha terminado: la hemos superado.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen:  Río Tormes entre la Sierra de Gredos y el Valle del Tietar 15 octubre 2016 (cortesía de Pablo Sampelayo)