«El error de la filosofía materialista, es el de presentar un concepto mutilado del ser humano. Sí, al negar que el ser humano posee, no solamente un corazón y un intelecto, sino también un alma y un espíritu, se olvida el aspecto esencial que hay en él. Por eso el materialismo está condenado a fracasar; ningún pensador materialista debe esperar que la realidad se acople un día a sus elucubraciones. El ser humano ha recibido de su Creador un alma y un espíritu que tienen necesidad de ser alimentados; esta verdad permanecerá inmutable durante toda la eternidad. El que se obstina en negar la realidad del alma y del espíritu y de sus necesidades, está condenado a morir de inanición. Cada vez más, se irán produciendo acontecimientos que obligarán a los humanos a plantearse cuestiones sobre estos principios divinos que no cesan de ahogarse en su interior: su alma y su espíritu. Deberán cambiar la comprensión que tienen de sí mismos y de su existencia en la tierra.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: bosque de secuoyas de Poio, Pontevedra (cortesía de Marga Lamoca)