«Darse un apretón de manos, abrazarse o cualquier otra manifestación de afecto cuando nos encontramos, requiere que les prestemos una atención especial. Si no, es inútil, y no sólo inútil, sino también perjudicial. Porque esta forma de inconsciencia en las relaciones humanas ejerce en el psiquismo de unos y otros efectos negativos.
Los signos exteriores de amistad, de ternura, manifestados sin poner el pensamiento y el alma, arrebatan algo, tanto a quien los da como a quien los recibe. Este algo es ciertamente imponderable, pero lo esencial para nuestra alegría, para nuestro desarrollo es siempre imponderable. Por esto una buena mirada, un segundo de silencio, una sonrisa expresión del alma, puede aportar mucho más que cualquier manifestación más concreta o incluso regalos.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Hendaya, 18 agosto 2016 2016