«Por todas partes os proponen muchos objetos y productos que deben, supuestamente, aportaros el confort, el bienestar… ¡la felicidad, en una palabra! No hay más que leer los periódicos y la publicidad; todo está ahí para seducir a los humanos y para embaucarles en todo. Porque, aunque llegasen a poseer un día todo lo que se les presenta, y aún más, ello nunca les daría aquello que verdaderamente necesitan. Mientras que una Enseñanza espiritual os dice: «Aprended a elevaros con la oración, con la meditación, hasta las regiones espirituales, y recibiréis un elemento sutil, imperceptible, que os proporcionará todo lo que necesitáis porque os dará el placer por las cosas. Desde el momento en que recibís este elemento, sentiréis que todo en vuestro interior vibra y vuestra vida se vuelve indescriptiblemente bella y rica. Sin este elemento imponderable, que sólo se obtiene gracias a una disciplina espiritual, aunque acumuléis al máximo, estaréis siempre insatisfechos y decepcionados.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: el Bonfin, Meditarráneo en Francia, 26 julio 2016 (cortesía de Valerie Unite)