«Quizá jamás hayáis hecho un viaje en globo, pero sabéis que lo que permite que el globo se eleve hacia el cielo, es el calor producido por la combustión de un gas: el aire caliente, inflando la lona del globo hace que el globo sea más ligero que el aire ambiente. También en el plano espiritual, para elevarse es necesario volverse ligero, dilatarse; y para dilatarse es necesario calentar algo en uno mismo. Es el calor del amor el que hincha el corazón y lo vuelve tan ligero que comienza a elevarse como un globo.

Ya veis, para acercarse al Cielo es más útil saber leer el libro de la naturaleza que las obras de los teólogos. El libro de la naturaleza os enseña que si os enfriáis, os contraéis, os volvéis pesados, más pesados que el aire, y caéis. Y cuando estáis en el suelo, evidentemente os quejáis de haber sido abandonados por el Cielo. Pero calentad vuestro corazón, llenadlo de amor, y de nuevo os elevaréis y viajaréis por el espacio.»
 
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta.  Imagen: Providence, Rhode Island, Estados Unidos, 30 de agosto de 2017