“La verdadera fuerza está en el espíritu, y como el espíritu está conectado con el centro, hay pues que buscar siempre el espíritu y unirse a él para que pueda conducirnos hacia el centro, hacia la fuente, de donde recibiremos todos los elementos que necesitamos. No se puede negar que haya también algunos elementos depositados en la periferia, en la superficie, pero son los menos. Las cosas reales están depositadas en el espíritu, todo lo demás está más o menos adulterado o mezclado, es decir impuro. Incluso el oro y las piedras preciosas, que son lo más puro que existe en la naturaleza, deben ser extraídos de su ganga. Todo lo que encontréis lejos de a fuente está mezclado con impurezas, y hay pues que limpiarlo, que decantarlo. Sólo aquellos que se van directamente a la fuente beben un agua de una pureza absoluta”.
Omraam Mikhäel Aïvanhov (1900-86), “Los poderes de la vida”, página 195-6, Editorial Prosveta. Imagen: Monte Belukha, Altai, Rusia, agosto 2016 (cortesía de Iris Carbonell)