«No podemos concebir el espíritu sin la materia, pero la materia tampoco puede ser concebida sin el espíritu. Porque al principio existe el espíritu: todo lo que existe en el universo tiene su origen arriba, en el mundo del espíritu, y por lo tanto la materia no es más que una condensación progresiva del espíritu.

Es muy importante que el hombre cultive esta filosofía de la superioridad del espíritu, porque ella le da los medios para sostenerse por encima de las condiciones. Incluso enfrentándose con las dificultades de la vida (la salud, el trabajo, las relaciones con los demás, los accidentes), sabe que no puede ser vencido, porque por medio de su espíritu, no sólo escapa a las condiciones, a las circunstancias, sino que puede actuar sobre ellas, no acepta que sean los acontecimientos los que manden. Entonces, ésta es vuestra elección, porque según la filosofía que abracéis, la filosofía de la materia o la del espíritu, seréis débiles o poderosos.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Camino de Santiago francés, Puente de Rabia, Zubiri (Navarra), 9 septiembre 2018 (cortesía de Javier León)