«El objetivo de la vida es… vivir, simplemente. Y solo podemos vivir estableciendo vínculos con todas las existencias que pueblan el universo: los espíritus de la naturaleza, pero también los ángeles, los arcángeles, todas las divinidades, hasta el Creador mismo que ha depositado su vida en cada ser y en cada objeto.
Todo lo que está en nosotros y a nuestro alrededor, no cesa de hablarnos de la presencia divina. Pero para los humanos, sorprendentemente esto no basta; ¡desearían que Dios se les apareciera en persona! Aunque en realidad, para muchos esto tampoco bastaría, ya que se las apañarían para no ver, ni oír ni sentir nada. Sería necesario que el Creador se apareciera ante ellos con rayos y truenos para romper sus corazas. Pero he aquí que no lo hace. Deja que los humanos busquen en ellos mismos los medios para descubrirle.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Camino de Santiago portugués, amanece en Tui, 23 junio 2018