«A veces sentís la tentación de deciros: «Ahora ya basta, estoy harto de ir a la salida del sol, hacer ejercicios de gimnasia y de respiración, meditar, rezar, vigilar mis pensamientos, mis sentimientos y mis palabras… todos estos esfuerzos, es agotador, quiero descansar.»
Evidentemente, es normal tener esta clase de reacción. Pero cuando tales pensamientos os invaden, no les abráis vuestra alma. Si os sentís demasiado tensos, no os impongáis todos los días las mismas obligaciones, pero jamás aceptéis la idea de no esforzaros, son los esfuerzos los que os mantienen despiertos y vivos. Si os abandonáis durante un momento, quizás creáis que sois más libres, más liberados, pero esto no durará; muy pronto os sentiréis interiormente sobrecargados, obstaculizados. Entonces, ¡cuidado!»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Camino Fisterra, el horizonte desde Muxía, 8 septiembre 2021, cortesía de Francisco Vázquez