“Aprended a considerar a los hombres y a las mujeres con un sentimiento sagrado, y detrás de sus vestidos, detrás de la forma de su cuerpo o de su cara, descubriréis su alma y su espíritu, ya que son hijos de Dios. Si sabéis deteneros en su alma y en su espíritu, todas las criaturas que habéis descuidado, abandonado y despreciado se os mostrarán extraordinariamente preciosas. El propio Cielo que las ha enviado a la Tierra con esos disfraces las considera tesoros, receptáculos de la Divinidad. Así pues, en las personas no debéis considerar tan sólo la apariencia física, la situación, la instrucción, sino el alma y el espíritu: de otro modo nunca conoceréis lo esencial: os debéis decir a vosotros mismos que incluso los que se pasean aquí como mendigos o vagabundos son, en realidad, a los ojos de Dios que los ha creado príncipes y princesas”.

Omraam Mikhäel Aïvanhov,  Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: barquero en el Ganjes, Varanasi, India, mayo 2010 (cortesía de Jorge Tamames)