Largo el pensamiento de hoy, que nos habla de la santidad de la vida.
Se nos llama a la vigilancia, al esfuerzo por la vida glorificada y la pureza, a pensar en libertad.
Se nos recuerda la esperanza frente al comprensible abatimiento.
Se nos dice que somos partes del Ser Divino, que es otra forma de llamarnos deidades.
Lo divino mora en nosotros, y no lo sabemos.
El tesoro está ahí adentro, y lo buscamos fuera, agotándonos y muriendo en el proceso.
“Yo soy tú, tú eres Yo”.
El pensamiento nos convoca a caminar en alegría y también en paz, desde esa unión mágica.
Las bendiciones nos llegan. No perdamos la unión.
Mediante la santidad en la vida, proteged la preciosa Gema de las Gemas.
¡Aum Tat Sat Aum!
Yo soy tú, tú eres Yo – partes del Ser Divino.
¡Mis Guerreros! La vida atruena: estad vigilantes.
¡Peligro! ¡El alma presta oídos a su advertencia!
El mundo está convulso; esforzaos por la salvación.
¡Invoco bendiciones sobre vosotros!
¡La salvación será vuestra!
La vida nutre el alma.
Esforzaos por la vida glorificada,
y por la realización de la pureza.
Desechad todos los prejuicios: pensad en libertad.
No os sintáis abatidos sino llenos de esperanza.
No huyáis de la vida, recorred más bien el sendero de salvación.
Vosotros y Nosotros – juntos aquí en espíritu.
Un Templo para todos – para todos, Un Dios.
Múltiples mundos habitan en la Morada del Todopoderoso,
Y por todas partes se remonta el Espíritu Santo.
La Renovación del Mundo arribará –
las profecías se cumplirán.
La gente se alzará y construirá un Nuevo Templo.
Las hojas del Jardín de Morya, La llamada, 1924, Agni Yoga Society, Nueva York. Foto: niña en el refugio de Jhangotang, Bhutan, 12 mayo 2010