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Se nos habla de restablecer la unión con nuestro espíritu.
Se trata de conectar con nuestra alma para desde allí unirnos al alma universal.
En esa unión, que es la puerta a la luz, está la respuesta a todo.
Cuando estamos en la personalidad (ego) esa puerta está oculta y bien sellada.
Al abrirse la puerta, vemos otras esferas, otros mundos, intuimos un trabajo cósmico.
Ese despertar tiene su momento o sus momentos en la vida, y podemos facilitarlo o ignorarlo.
Hoy traemos esta imagen del Camino de Santiago tomada ayer por Javier, que nos sirve para evocar ese despertar interior que aparece en un recodo del camino.
«Aquél que en su vida interior se esfuerza en conceder el primer lugar a la actividad del Yo superior, ya está participando en el trabajo cósmico del Cristo, de Dios mismo. Sí, esta actividad que se despliega en otra esfera, y lo más a menudo, incluso sin saberlo, es algo misterioso.
Cuando estáis absorbidos en vuestros quehaceres diarios, no sabéis lo que hace el espíritu en vuestro interior. Un día, quizás, cuando vuestro cerebro sea lo suficientemente desarrollado, seréis conscientes de este trabajo que realiza vuestro espíritu en todas las regiones del universo. De momento, lo esencial es que restablezcáis la unión con él. ¿Cómo? Primeramente, durante las meditaciones, apaciguando a los habitantes de vuestro ser interior, poniéndolos al servicio del amor y de la luz. Poco a poco, este trabajo se realizará naturalmente sin que incluso penséis en él, y de este modo os uniréis a vuestro Yo superior que es una quintaesencia de Dios mismo.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Camino de Santiago entre Hornillso del Campo y Castrojeriz, 2-5-13 (Javier León)