Nuestra enseñanza os presenta numerosos métodos, pero para que den resultados, debéis aprender a orientar vuestro pensamiento. Por sí mismo, un método no representa gran cosa; si no sabemos cómo considerarlo y aplicarlo, resulta ineficaz. ¿Por qué? Porque sólo es una herramienta. Una palabra o un gesto que repetimos sólo libera su poder cuando le damos un contenido, poniendo un pensamiento, e incluso un sentimiento.
Poseéis recursos insospechados que debéis aprender a utilizar teniendo muy presente todo lo que hacéis. A menudo, cuando estáis cansados, no es porque hayáis trabajado demasiado, sino porque no sabéis cuáles son los esfuerzos que debéis hacer, y sobre todo cómo hacerlos. Llevar una vida estancada, automática, mecánica, es esto lo que cansa. Mientras que si introducís un pensamiento o un sentimiento en vuestras actividades, os sentiréis reconfortados, vivificados.
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta