{jcomments on}

Esperanza

Acuñó el concepto ‘economía digital’, es una autoridad en cómo las tecnologías de la información cambian las empresas, el gobierno y la sociedad. Miembro del Foro Económico Mundial, dirige programas de investigación y educación, y es consultor de diversos gobiernos. Su idea fundamental es que a pesar de la crisis hay espacio para el optimismo. “En todos los rincones del mundo y en todos los sectores, un nuevo modelo de innovación económica y social está arrasando. La gente con dinamismo, pasión y pericia toma ventaja de las nuevas herramientas web”. Dos de sus libros, Wikinomics (superventas en EE.UU.) y Grown up digital (La era digital), están traducidos al español.

Esto no es sólo una crisis económica, estamos ante un momento de cambio histórico: la era industrial y todas sus instituciones se han quedado sin energía.

¿No salva nada?

Periódicos, universidades, corporaciones, gobiernos, educación, sistemas de salud, red de energías…, todo está basado en modelos de la era industrial, y están fallando.

Ha habido otras crisis.

Igual que la imprenta de Gutenberg permitió evolucionar de un modelo agrario a la era industrial con todos sus cambios sociales y de gobierno, internet nos lleva de la era industrial a la digital.

Y todas nuestras instituciones están todavía en el modelo industrial…

Sí, en las universidades se da la educación industrializada: una clase magistral de uno a muchos; como en los medios de comunicación, la producción y distribución masiva, los servicios de salud y la democracia, una élite de políticos y una masa que los elige.

¿Cuál es el nuevo modelo?

Hay cinco principios para construirlo. El primero es la colaboración, modelo opuesto a la jerarquía. Ahora la colaboración se puede dar en una escala astronómica: millones de personas han creado una enciclopedia

¿Es extrapolable?

Linux, el sistema operativo gratuito, ha sido creado por cientos de miles de colaboradores. La tercera parte de las motocicletas que se fabrican en el mundo son el resultado de cientos de pequeñas compañías que se encuentran para colaborar.

Segundo principio.

Apertura y transparencia.

     Eso va en contra de las maneras de hacer de los gobiernos del mundo.

Sí, pero la luz es un buen desinfectante. Todo el mundo está preocupado por Wikileaks, que es sólo la punta del iceberg. Hay muchas cosas feas dentro de los gobiernos y las corporaciones, y cuando salen a la luz evolucionan para mejor.

Tercero.

Interdependencia, los negocios no pueden triunfar en un mundo que está fallando. Si España no pagara su deuda soberana, el euro en su conjunto se hundiría y llevaría al mundo entero a la depresión.

Cuarto.

Compartir la propiedad intelectual, que ya no es necesaria. The Guardian ha liberado todas sus ediciones pasadas, IBM entregó 400 millones de dólares en software a Linux, que se encarga de desarrollarlo con voluntarios y de paso IBM aprovecha para desarrollar un negocio multimillonario de hardware ligado a este nuevo software. Compartir es crear riqueza.

Cinco.

La integridad. Las instituciones del mundo en el que vivimos no han sido construidas sobre la integridad.

Ya.

La falta de integridad de los banqueros casi destrozó el modelo capitalista en su totalidad. El resultado de la falta de honradez de los banqueros de Nueva York es un 40% de desempleo juvenil en España.

El modelo capitalista está basado en la ley del más fuerte y el más listo.

Ese es el capitalismo de la era industrial y no volverá. Muchas corporaciones se están viendo obligadas a la transparencia y están mejorado gracias a ella.

¿Cuáles son los ejes del cambio?

La comunicación global: internet; las nuevas generaciones, que son nativos digitales; la revolución social, a través de las redes sociales, y los emprendedores.

Las empresas ¿también cambian?

Hasta ahora el talento estaba dentro de las instituciones. Procter & Gamble tiene 700 químicos contratados, pero el 50% de sus innovaciones viene de comunidades de internautas. Las empresas están dejando de seguir modelos piramidales.

Hablemos de gobiernos.

Todos están en crisis. El Gobierno español, por ejemplo, les sale a los españoles carísimo, y no digamos la sanidad.

¿Alternativas?

Yo como gobierno tengo muchísima información y voy a publicar datos brutos. Por ejemplo, estadísticas de crímenes, emisiones de gas en las casas, actividades de emprendedores y otras muchas categorías.

Bien.

Proveyendo toda la información tienes a ciudadanos y empresas que pueden organizarse para crear valor público. Me reuní con el alcalde de Melbourne porque tenían un problema de accidentes de bicicleta. Simplemente le propuse que publicara en internet todos los datos que tuviera sobre ese tipo de accidentes.

¿Y?

En 24 horas alguien creó una página web con el mapa de los lugares con más riesgo de accidente; y a esta le siguieron muchas otras. En una semana estaban salvando vidas con un coste cero para el gobierno.

La idea es un gobierno plataforma.

Sí, que libera información permitiendo al mundo organizarse autónomamente para crear valor público con la iniciativa del ciudadano. Hay que revisar la democracia.

Sí, pobre.

El voto de los jóvenes está bajando en todo el mundo y no es un tema de falta de valores, es el momento de la historia en que el voluntariado de los jóvenes es más alto. Quieren participar y ellos son el futuro.

Autor: Ima Sanchís. Publicado en La Vanguardia el 21 de enero de 2011

http://www.lavanguardia.es/lacontra/20110121/54103612286/esto-no-es-una-crisis-es-un-cambio-historico.html