Son muy interesantes las enseñanzas sobre la construcción del Cuerpo de Gloria, el de Resurrección, el cuerpo de luz, el segundo nacimiento, el… Explicaban los antiguos sobre la importancia de acomodar los hábitos a esa construcción… Empezando por la pureza del cuerpo físico (ya la escuela pitagórica hablaba de ello), del vital, del emocional, del mental…Y no sólo mediante esa pureza ya implícita en nuestras vidas, sino en el profundo entendimiento del servicio como herramienta imprescindible para construir ese antakarana que nos conectara con las fuerzas sutiles y gracias a la pureza de nuestros cuerpos, pudieran fundirse en la construcción del “cuerpo de luz”. Por eso la importancia del hábito, de los buenos hábitos cotidianos, de la amabilidad como bien supremo, de la alegría y la sonrisa en el rostro como potentes constructores del “adytum”… del templo interior… La fuerza está ahí, la energía está ahí… Ahora tenemos una obligación, un deber, un propósito…

… Al fin y al cabo, una de nuestros mayores peligros es el olvido… De ahí la importancia del recuerdo… Sólo tenemos que recordar quiénes somos…

Javier León 9 enero 2011