Ayer en Sol había un ambiente muy bonito.

Yo venía de ver ”El árbol de la vida” de nuevo. Entre otras tantas cosas, esta película es un estudio de primeros planos, de rostros.

Subí a Sol caminando, desde la Plaza de los Cubos, con la mente y el corazón todavía en la magia de la película, rumiando algunas de sus frases, recuperando las miradas.

“Luz de mi vida”.

“Perdonad”.

“El único modo de ser feliz es amar”.

“Mirad la gloria que nos rodea”.

En ese caminar me encontraba, por efecto de la película-oración, en otro plano, casi en ese plano multidimensional al que se refiere Yogananda en su autobiografía, desde donde se atisba ese otro mundo.

Y en Sol lo que vi, o lo que quise ver, fue sobre todo una humanidad adulta, que poco a poco, tras tantos siglos de traición, empieza a atisbar un sueño.

“Quiero ser puro, quiero ser leal”, ése es quizás el sueño que está en el aire.

Que cada uno contribuyamos nuestra parte.

Joaquín Tamames, 16 octubre 2011