¡Sumar luz!

Convergencia planetaria con motivo del solsticio de verano (hemisferio Norte). Cada quien al atardecer en su lugar, ya de forma individual, ya compartida.

Celebramos la luz  que nos baña e inunda. Reafirmamos  la clara Luz  que, por encima de todo, aspiramos  a ser. Reunimos todas las excusas para reafirmarnos en el profundo sentido de nuestra existencia terrena: purificarnos y devenir en Luz. Ésa es también la propuesta que nos  acerca el solsticio del 21 de Junio: poder brillar más en este nuevo estío.


El solsticio nos da la oportunidad de levantar hoguera afuera, pero también adentro. Cuando en nuestro barrio  o pueblo se eleven las llamas con la madera  vieja, no nos  olvidemos de buscar también por nuestros rincones aquella “madera” que  estorba. A propósito del fuego  solsticial, el Maestro  Omraam Mikhaël Aïvanhov nos invita a quemar aquello que en nuestro interior ya no  sirve: “Todos habéis visto arder un fuego de leña en una chimenea, pero, ¿os habéis preguntado cómo puede ser que unas ramas que estaban secas, negras y torcidas se vuelven tan bellas y chispeantes? ¿Nos es un milagro ver como algo tan negro se convierte en algo tan luminoso?…Entonces, también vosotros, cuando veáis arder un fuego, o cuando estamos alrededor del fuego en El Bonfin, imaginad que le echáis todas vuestras viejas ramas, es decir, vuestras viejas tendencias instintivas. Todo lo inútil, ¡tiradlo al fuego! Porque el fuego es capaz de transformarlo todo en calor, en luz. Y sois vosotros los que os beneficiáis. Si no, ¿qué podéis hacer vosotros con esas viejas ramas? Éstas no pueden ni calentaros ni iluminaros, porque no sois capaces de transformarlas. Dádselas al fuego y él os las devolverá bajo forma de luz y calor”.

Afirma igualmente al este respecto en otro párrafo de su obra “Nueva Tierra”: “El fuego es una puerta que permite la entrada al más allá porque representa el límite del mundo físico y del mundo etérico. Por lo tanto por medio del fuego es más fácil entrar en comunicación con el mundo divino. Si antes de realizar un acto de alguna importancia los Iniciados tienen la costumbre de encender una llama, se debe a que saben que sólo el fuego puede introducirlos en las regiones sutiles y hacer que su pensamiento o su voz sean escuchados”.

En el tablero de ajedrez de la existencia esta partida nos toca jugar con blancas, y llegados al punto de Luz, de máxima luz que marca el solsticio de verano, nos toca movernos a todos a cuadros blancos y avanzar hacia la Unidad cuántica de almas con el empuje y en la dirección de los rayos solares que el Padre nos dedica con amor. El clímax de luz que marca este solsticio es la gran oportunidad para limpiar en profundidad el espejo que es nuestra alma para que en ella se refleje y refulja la Luz Cósmica irradiando con su esplendor y gloria toda la creación.

 Abramos todos los poros del alma a ese sutil regalo solsticial, sumerjámonos en plenitud en la ubicuidad de su brillo y atrevámonos a respirar su gel de sanación y purificación de nuestro Ser, en todos sus dimensiones. A la luz; el cántico colectivo, la oración compartida, el círculo de manos estrechadas. A la pureza del alma; la mirada empañada, el guiño solidario, la sonrisa franca, el amor sin límites. Al Padre Sol, que ahora escala sus cimas para nosotros y emprende el regreso, nuestra sentida reverencia, reconocimiento y honra de fractales que somos de esa Luz origen y destino de todo lo creado.

Sumemos luz con luz, sumemos a la Luz que ya se enseñorea. Unámonos pues  en el atardecer del 21 de Junio, en el arranque de este  nuevo  verano, de esta  oportunidad de devenir más y más solares astros. Unámonos en la convergencia meditativa que tantos grupos y movimientos  preparan para la señalada fecha.

 En España un total de siete grupos, asociaciones y movimientos, varios de ellos de alcance planetario, nos hemos unido en la iniciativa “One calendar” (www.onecalendar.org) en el ensayo de testimoniar esa espiritualidad ancha, abarcante, unida en su esencia y manifestada en su pluralidad de formas.