Los mineros fallecidos

Traemos hoy la foto de los 29 mineros que no han podido ser rescatados, en Nueva Zelanda. Hace unas semanas celebrábamos la alegría de los mineros rescatados en Chile.

Esta tragedia, como la de anteayer en Camboya, evoca la fragilidad de la vida y también la solidaridad del alma.

En las proximidades de ese puente en Camboya, en un festival de nombre hermoso, lo que unas horas antes eran seres humanos vivos, hermanos en esta tierra, yacían allí alineados, desprovistos de vida. Y aquí están los rostros de estos mineros en un momento de sus vidas. El pensamiento, la visión de la pérdida, ese dolor,  duelen profundamente.

Y  nuestro único recurso es el pensamiento, más aún: el pensamiento amoroso.

Dicen las enseñanzas del Agni Yoga, en el librito sobre la Fraternidad.

“A cada instante, alguien en algún lugar está pasando por un infortunio terrible. No olvidemos a los que están pereciendo; enviémosles pensamientos de ayuda. Quizá la gente no sea consciente de que siempre están produciéndose aflicciones, sin fin. En la Fraternidad éstas son conocidas, y flechas benévolas son enviadas. Incluso si no puedes determinar con exactitud el lugar de su destino, aún así proyecta tu pensamiento benéfico al espacio. Encontrará el rumbo correcto y Nuestra Ayuda se le unirá magnéticamente. Cuando los pensamientos de salvación acuden volando desde los diversos lugares del mundo, se descubre la Belleza ––en esto cada uno emulará a la Fraternidad”.

Yo creo en estas flechas de las que nos habla esta enseñanza.

Entretanto, es cierto que este mundo duele.

Hay algo superior que se nos escapa, pero podemos enviar nuestro pensamiento benéfico.

Joaquín Tamames