En todo momento debéis siempre situar la luz en primer término. Cuando os despertáis por la noche y queréis levantaros, vuestro primer gesto ¿no es acaso el de encender la luz? Sabéis que si os aventuráis en la oscuridad, tropezaréis con los muebles, romperéis los objetos e incluso os dañaréis. Entonces, ¿por qué en la conducta de vuestra vida interior no habéis comprendido la importancia de la luz? Avanzáis en medio de la oscuridad, y después os extrañáis porque no lográis orientaros y vais tropezando a diestro y siniestro.

Debéis buscar la luz, concentraros en ella, colocarla por encima de todos los tesoros de la tierra, e incluso esforzaros por beberla y comerla. Cuando tengáis un momento, cerrad los ojos y formad en vosotros esa imagen de la luz que impregna todo el universo y aporta todas las bendiciones.

Omraam Mikhäel Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotodianos. Editorial Prosveta