Los humanos siempre encuentran justificado trabajar sólo en su propio interés y para su propio bien. Pero ésta no es una buena solución, porque si una desgracia alcanza a la colectividad, ellos también se verán afectados. Mientras la colectividad entera no viva en la prosperidad y la paz, los individuos están expuestos a la miseria o a la desgracia. Mientras que si los asuntos de la colectividad marchan bien, todos los individuos se benefician; y si una desgracia alcanza a uno de ellos, todos los demás vendrán a ayudarle. Contrariamente a lo que se imagina, el egoísmo cuesta enormemente.

Desgraciadamente, desde el tiempo que dura esta situación, los humanos continúan trabajando cada uno para su propio bien, convencidos así de que aseguran su futuro. ¡Pues no! Si ocurre una desgracia a la colectividad, toda su pequeña felicidad caerá por los suelos, porque forma parte de esta colectividad y es vulnerable como ella.

Omraam Mikhäel Aïvanhov (1900-86)