El día en que nuestros jóvenes sean educados para ser eficaces en la ayuda a los demás en pro del bien común en vez del bien particular de cada cual, inculcando en las mentes y corazones que el verdadero triunfador y el más admirado es el que más dé y no el que mejor se las apañe para medrar personalmente, ese día se logrará tal cambio cualitativo que a partir de él ya todo será diferente en el devenir de la Humanidad.