Este pensamiento de Sivananda tiene enorme aplicación práctica. Nosotros podemos dirigir nuestros pensamientos hacia las regiones más elevadas. Nuestros pensamientos pueden ser elevados, o permanecer atrapados en lo prosaico, en el maya. Podemos pensar en los cielos abiertos, en lo puro, pero también en la ciénaga, en lo impuro. La expresión del rostro, la mirada, incluso el cuerpo físico se irán moldeando en función de nuestros pensamientos. Cada pensamieto cuenta. Cada pensamiento es una oportunidad de contribuir al trabajo de los grandes seres.
Uno se convierte en aquello que piensa. Tu vida ha de ser como tus pensamientos. Mejora tu modo de pensar. Pensamientos mejores comportan acciones mejores.
Swami Sivananda (1887-1963), de su obra «El pensamiento y su poder«.