En multitud de ocasiones leemos en diferentes foros que es fundamental la educación o adquisición de unos nuevos valores que calando en la sociedad contribuyan a disipar las antiguas formas cristalizadas de pensamiento y comportamiento egoísta para ir sustituyéndolas por nuevas ideas progresistas en aras del bienestar general.

Sin embargo, casi nunca por no decir nunca, se ha especificado en qué consistirían esos nuevos valores tan necesarios para el conjunto de la Humanidad en esta crítica época donde lo viejo no acaba de retirarse del todo y lo nuevo aún apenas asoma sus maneras un tanto inconexas y confusas.

Por si sirve de orientación, la asociación Buena Voluntad Mundial está abogando por la difusión de unos valores que puedan ser asumidos por una amplísima mayoría de la Humanidad.

Éstos serían:

Amor a la Verdad. Esencial para una sociedad justa, inclusiva y progresista.

Sentido de Justicia. En el reconocimiento de los derechos y necesidades de todos los individuos, de todos los colectivos y de todos los pueblos.

Espíritu de Cooperación. Basado en la buena voluntad activa y en los principios de correctas relaciones humanas.

Sentido de Responsabilidad personal. En el grupo, en la comunidad y en los asuntos nacionales e internacionales.

Servicio al Bien común. Mediante el sacrificio del egoísmo, ya que sólo lo que es bueno para todos es bueno para cada uno.

 

De estos cinco puntos, acaso el básico de donde pueden derivar los otros cuatro, sea el primero, el del Amor a la Verdad. Pero para ello es preciso dotarse de grandes dosis de ecuanimidad, equilibrio, objetividad, honestidad, y abandonar la vieja costumbre de utilizar distintas varas de medir en función de conveniencias personales o ideológicas.

 

El ser consecuente con el Amor a la Verdad es de los logros personales más dificultosos e incluso arriesgados cuando se pone en práctica en lugares donde no gusta oir ciertas verdades por estar la mayoría en otra onda de pensamiento; pero que una vez adquirida la práctica coherente con la verdad, este logro facilita la adquisición de objetivos más ambiciosos en el personal camino evolutivo.

La objetividad y honestidad necesarias para ver y asumir las verdades, propicia la creación del sintético Noble Sendero Medio que explicaba Buda, camino del medio entre los pares de opuestos, donde ninguno de los polos opuestos debe imponerse al otro, sino diluirse en un punto armonioso que contemple los aspectos positivos de ambos extremos, llegando así a un equilibrio donde todos puedan sentirse satisfechos, cooperando en un todo que no excluya a nadie, en todo caso, salvo a los que sigan aferrándose a la vieja costumbre de pretender imponerse a los del otro polo.

Amor a la verdad y sacrificio del egoísmo son los dos pilares donde creo deberían sustentarse los famosos nuevos valores tan necesarios en esta fase de crisis y sobre todo de reflexión individual y colectiva.

Escrito por Atati en el Foro de la Fundación Civil