Por la Redacción

2-Febrero-2009
Estamos en un proceso evolutivo muy largo y trabajos como los del Dr. Jorge Carvajal van marcando la pauta de lo que será la medicina en el futuro si partimos de una realidad del ser humano que trasciende a la que entiende hoy la medicina, y en la que se conozca la existencia del alma. Estamos próximos a ese conocimiento, creo yo. Quizás en los próximos cien años.

Hoy enfermamos por lo que comemos (que afecta al cuerpo físico), lo que sentimos (que afecta al cuerpo emocional) y lo que pensamos (que afecta al cuerpo mental), con un alto nivel de contaminación en las tres categorías. Como consecuencia, nuestras auras (el cuerpo etérico, el cuarto cuerpo) están absolutamente desvitalizadas.

Desde muy pequeños recibimos el mensaje de que la enfermedad es inevitable y este miedo es a su vez causa de enfermedad, se retroalimenta permanentemente. Si nuestra atención pudiera estar centrada en la consciencia de que es posible vivir sanos, situación que se produce cuando el alma y los 4 cuerpos a los que hacía referencia más arriba están en armonía o alineados, nuestra capacidad de vivir en salud aumentaría muy exponencialmente. Esta es la esencia de la Sintergética que con tanta impersonalidad difunden los Doctores Carvajal y Moriano a los que hacíamos referencia.

Es importante aumentemos también nuestra sensibilidad a la comida. La ingesta de animales se revelará, a varios siglos vista, como una de las grandes causas de nuestras enfermedades. El pensamiento limpio y el control razonable de las emociones serán también fuente de salud. Para ello es importante que no seamos consumidores del miedo que hoy se fabrica con productividad notable.

Por encima de todo ello, la gran medicina de la humanidad será descubrir que la muerte tal como la entendemos hoy no existe. Seremos conscientes de que somos alma, y que nuestros cuerpos (que pueden ser el templo de Dios) sirven para manifestarnos en la tierra, durante un tiempo, no más. Seremos conscientes de que necesitamos ocupar muchas decenas de cuerpos en nuestro proceso evolutivo. La liberación mental será tremenda, pues todos nuestros apegos desaparecerán.

Una forma de entrenarnos es, por ejemplo, utilizar expresiones como “tengo el cuerpo cansado” en vez de “estoy cansado”, o “tengo el cuerpo enfermo” en vez de “estoy enfermo”. Nos permitirán gradualmente introducir en nuestra psique el hecho de que el ser (alma) y el cuerpo son dos entes separados, aunque obviamente muy unidos.

No lo veremos con “estos” ojos, pero si lo veremos con otros ojos, también “nuestros” (de nuestra alma).