«¿Por qué me alegro de veros cada día? Porque veo el magnífico futuro que os espera y quiero ayudaros a crear este futuro. Todavía no lo sospecháis, pero yo lo veo. Si os viera tal como sois en la actualidad ¿acaso os aguantaría? No es seguro. Y vosotros, si no os soportáis los unos a los otros, es también debido a que no sabéis veros para proyectaros hasta este futuro.
Yo, siempre me maravillo de vosotros porque no es vuestro presente lo que veo, ante mí, sino vuestro futuro. Dónde están todavía vuestros pensamientos, vuestros sentimientos, alrededor de qué dan vueltas, lo que deseáis, lo que necesitáis… si me detuviera ahí, quizás tendría ganas de coger mi sombrero y marcharme al fin del mundo. Sí, pero afortunadamente también veo vuestro futuro lejano, cómo lograréis un día fundiros con vuestra naturaleza divina. Este es mi secreto.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov