«Pensad en concentraros cada día en el Principio Divino para atraerlo y dejar que se instale en vosotros. En realidad, el Principio Divino está siempre en vosotros, pero muros y muros os separan de Él, capas de impurezas producidas por vuestra forma de vivir desordenada y egocéntrica. Todas esas capas de impurezas son obstáculos que impiden que el amor y las bendiciones de Dios lleguen a vuestra conciencia, y que vuestra conciencia se eleve hacia Él.
Jesús dijo en los Evangelios: “El que cumpla mis mandamientos, mi Padre y yo estableceremos en él nuestra morada”. Solo cuando decidáis someteros a sus reglas, a actuar según su voluntad, cuando aceptéis obedecer sus órdenes, el Principio divino vendrá finalmente a vivir y a manifestarse en vosotros.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov