«Debemos hacer diariamente esfuerzos para perfeccionarnos. Incluso si no lo conseguimos, quedaremos por lo menos justificados ante el Cielo porque lo habremos intentado. Jamás el Cielo nos acusará por no haberlo conseguido; lo que cuenta para él son los esfuerzos, y éstos dependen de nosotros.

Cuando el Cielo vea que no nos debilitamos, que perseveramos en nuestro camino pase lo que pase, tomará la decisión de facilitarnos nuestro trabajo, y la alegría, la luz, la belleza y la libertad se derramarán sobre nosotros. Estos regalos serán elegidos teniendo en cuenta nuestro carácter, nuestra estructura, nuestras afinidades, el trabajo que nosotros debamos realizar y lo que es necesario para nuestra evolución.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Glory of the Himalayas, 1943, pintura de Nicholas Roerich