«Aquél que, como el sol, solo piensa en dar su calor y su luz, llega a alcanzar a través de sus pensamientos y sus sentimientos todas las regiones del espacio. Encuentra entonces una multitud de criaturas a las que saluda y le saludan en correspondencia. Porque esto es la verdadera vida: una comunicación ininterrumpida, cada día, con millones de criaturas.

No hay ideal más elevado que el de querer volverse como el sol. Tratad de alimentar ese ideal hasta el punto de que todo vuestro ser se sienta amparado, iluminado. Solo ese alto ideal puede hacer germinar lo mejor que hay en vosotros. Sin ni siquiera insistir, ni pensar, manifestaréis vuestros mejores talentos. La única verdad que merece la pena buscar es el sol espiritual: en el momento en que este sol brilla en nosotros, emergen todas nuestras cualidades, exactamente como el sol físico activa la vida en toda la naturaleza.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86)