«La victoria sobre nuestra naturaleza inferior es siempre incierta. Es exactamente como un país que logra una victoria sobre otro: nunca estamos seguros de que eso durará. Porque un buen día, mientras el vencedor se duerme en sus laureles, el país vencido buscará la revancha. Es lo mismo con la naturaleza inferior: incluso si en algunas circunstancias habéis llegado a vencer ciertas de sus manifestaciones, la victoria nunca está asegurada definitivamente; en un momento u otro, puede revolverse, dar una coz… y os encontráis por los suelos. ¿Qué hay que hacer entonces?

Suplicar a vuestra naturaleza divina, al principio crístico, para que venga a instalarse en vosotros. Así, en vez de ser siempre como un vencedor que nunca está seguro de su victoria, tenéis un socio poderoso con el que podéis contar. E incluso si a veces estáis un poco cansados, un poco adormilados, él continua por su parte, manteniendo a raya a la naturaleza inferior.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Camino Primitivo entre O Cavado y Fonsagrada, 15 mayo 2023