«Esforzaos por entrar en vosotros mismos, para encontrar ese centro espiritual, vuestro Yo superior, a través del cual nuestro Padre celestial se manifiesta en nosotros. Y una vez que lo hayáis encontrado, aferraos a él de tal forma que nada ni nadie pueda separaros de él. Como Jesús, que hasta tal punto reforzó esta conexión que podía decir: «Mi Padre y yo somos uno.» Vosotros también, gracias a vuestro Yo superior, tenéis la posibilidad de llegar a ser uno con vuestro Padre celestial. Si lo ignoráis, es porque no le dais la posibilidad de manifestarse.
Todas las regiones del universo tienen su propio centro, y de uno al otro existe una conexión que debéis tratar de buscar para vivificarla. Aprended a unir vuestro corazón, el centro de la vida en vosotros, con este otro centro, el sol, y a través del sol, con Cristo y, finalmente, a través de Cristo, os conectáis con el Padre celestial, el soberano de todos los mundos. Sólo podéis progresar uniéndoos a seres superiores a través de este vínculo por donde circula la vida divina, y es esta vida la que os alimenta.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Camino Primitivo entre Borres y Berducedo, 17 mayo 2023