«La mayoría de los seres humanos están convencidos de que querer hacer el bien en cualquier circunstancia, es de tontos, y que las personas inteligentes buscan cuidarse a sí mismas, aunque sea a costa de los demás, o vengándose de los que les han perjudicado. Los Iniciados, en cambio, piensan que el bien representa los frutos del hombre, y que, si el hombre ha venido a la tierra, ha sido precisamente para dar frutos. Estos frutos, son los pensamientos luminosos, los sentimientos cálidos, las acciones nobles, la alegría, la belleza y la paz que aportamos a los demás.

Cada mañana debemos levantarnos con el pensamiento de hacer el bien. Entonces los brotes, los pequeños retoños que Dios ha puesto en nuestras almas comenzarán a salir, ganarán confianza y en muy poco tiempo darán flores y frutos.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Nan Shan, pintura de Nicholas Roerich (1936)