«Es habitual considerar el Cielo y la tierra como dos realidades separadas e incluso ajenas u opuestas. En realidad, no es así, están continuamente relacionados, de lo contrario no se podría explicar nada. El Cielo y la tierra… O incluso tomemos simplemente el sol y la tierra: hay intercambios constantes entre ellos y son estos intercambios los que producen la vida. Lo que vemos por el momento de estos intercambios es muy poco: los rayos del sol que vienen hacia nosotros, y no vemos todo lo que también sale de la tierra hacia el sol. Solo los clarividentes han visto a esos seres que descienden de las regiones superiores para trabajar en las plantas y en las piedras, y luego, una vez terminado su trabajo, regresan al cielo.

Existe toda una literatura sobre este tema que es extraordinariamente bella y poética, y un día, también vosotros podréis contemplar a esas criaturas que van y vienen entre la tierra y el sol, e incluso más lejos todavía… » Omraam Mikhaël Aïvanhov