«Cuando seáis infelices, no os quedéis quietos, intentad salir de ese estado de oscuridad encendiendo todas las lámparas interiores que el Creador ha puesto en vosotros… Todo tipo de lámparas grandes, pequeñas, de todos los colores. Porque hay una corriente eléctrica que circula para iluminarlos, una corriente que viene de muy lejos… de la central cósmica, Dios mismo.

Pero nunca pensáis en encender vuestras lámparas. Diréis: “¿Cómo se encienden? ” Es muy sencillo: en el mundo físico tenéis un botón, un interruptor que debéis girar o pulsar. En el mundo psíquico, basta con el pensamiento para que se enciendan: os concentráis en la luz pensando que encendéis lámparas en todo vuestro ser, ¡y ya está! En cuanto se enciendan algunas, no os detengáis, continuad, se encenderán otras y al final se producirá una iluminación fantástica.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Remember, pintura de Nicholas Roerich (1924)